de los Misioneros del Verbo Divino
Dios Uno y Trino, fuente de vida y comunión,
Gracias por inspirar a San Arnoldo Janssen
a fundar la Congregación de los Misioneros
del Verbo Divino.
Gracias por quienes nos precedieron y tantos
colaboradores en la misión.
Unidos a Jesucristo, el Verbo Encarnado,
somos sus discípulos misioneros
que anunciamos
la Buena Nueva de la vida y de la alegría,
junto a obras de cercanía y compasión
para un mundo herido.
Con tu Espíritu Santo, renuévanos Señor,
fortalece nuestro caminar de peregrinos
de la esperanza,
y ante los desafíos nuevos que consigamos
generar respuestas
en creatividad, fidelidad y sinodalidad.
Santa María, Madre del Verbo Divino,
guía nuestra misión,
con signos que construyan la comunión
y fomenten la participación.
Que la Luz de tu Hijo, que vence la oscuridad,
ilumine nuestros corazones,
a toda la humanidad y a la creación.
Amén.