La alegría del Evangelio se vive con fuerza en las comunidades verbitas de Bolivia, donde la fe se entrelaza con la cultura, la solidaridad y el compromiso con los más vulnerables. Este año, marcado por la celebración del Año Jubilar de la Congregación del Verbo Divino, muchas parroquias han dado testimonio de una Iglesia viva, misionera y profundamente arraigada en la vida de su gente.
La parroquia Madre del Verbo Divino en Cochabamba celebró su fiesta patronal el 8 de septiembre, fecha en que también dio inicio al Año Jubilar de la congregación. La Eucaristía fue presidida por el padre Venancio Mulyadi, SVD, superior regional de Bolivia, en un ambiente de profundo agradecimiento por los frutos de la misión y de renovado entusiasmo por continuar sembrando la Palabra en tierras bolivianas.

Desde el oriente del país, la parroquia Santa Rosa de Lima en la Chiquitania se hizo presente con su orquesta y coro, conformado por niños y jóvenes que aprenden y mantienen viva la música tradicional de los pueblos chiquitanos. Este grupo no solo enriquece las celebraciones parroquiales, sino también participa activamente en las festividades del pueblo de Santa Rosa de Roca, uniendo arte y fe en una sola expresión de alabanza.

En la altura de El Alto, la parroquia Santa María de los Ángeles celebró su fiesta patronal el 16 de julio en honor a la Virgen del Carmen. La celebración se vivió con una multitudinaria entrada folclórica, donde miles de bailarines rindieron homenaje a la patrona. Entre ellos, destacaron los danzarines de la Morenada, danza típica boliviana que expresa el mestizaje, la historia y la identidad del pueblo. Esta manifestación popular es también un acto de fe que transforma las calles en un verdadero templo de celebración.

Más arriba, a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar, la parroquia San Antonio de Padua en Arque llevó a cabo una visita solidaria a las escuelas de la zona de Tanga Tanga. Gracias al apoyo de la dimensión JUPIC de Bolivia y de Estados Unidos (California), se entregaron
materiales escolares y ropa de abrigo a los niños, brindándoles alivio ante el intenso invierno andino. Esta acción concreta es una expresión del compromiso social de los verbitas con las familias que más lo necesitan.

Finalmente, los jóvenes de la parroquia San Juan Diego en Santa Cruz preparan una danza folclórica para celebrar su fiesta patronal. Su participación es signo de una juventud comprometida, creativa y alegre, que se convierte en protagonista de la vida parroquial y de la misión evangelizadora. Con su entusiasmo, transmiten esperanza y renuevan el rostro de una Iglesia en salida.


Estas experiencias muestran que la misión del Verbo Divino en Bolivia está viva, encarnada en la cultura, atenta a las necesidades del pueblo y animada por el Espíritu. En cada fiesta, danza, gesto de solidaridad y participación juvenil, resplandece el carisma misionero que une a todas estas comunidades en un mismo sueño: anunciar con alegría el amor de Dios en todas las periferias de la vida.