Celebrar 150 años de la fundación de la Congregación del Verbo Divino (SVD) es rendir homenaje a una historia tejida con fe, servicio y entrega generosa. No se trata solo de una mirada nostálgica al pasado, sino de una memoria viva que impulsa hacia el futuro. A lo largo de este año jubilar, comunidades verbitas de todo el continente han abierto sus puertas y corazones para conmemorar este acontecimiento con gozo, creatividad y profundo sentido misionero.

Las celebraciones han florecido en múltiples formas: Eucaristías solemnes, peregrinaciones con reliquias, procesiones, encuentros de formación, danzas, cantos, ferias culturales, signos de solidaridad y gestos de compromiso con los más pobres. La belleza de cada celebración ha radicado en su capacidad para unir lo espiritual, lo comunitario y lo profético. Allí donde se ha celebrado este jubileo, se ha hecho visible una Iglesia viva, en salida, profundamente conectada con el pueblo.

Un rasgo especialmente destacado ha sido la inculturación: las comunidades han expresado su fe desde sus propias raíces culturales, integrando símbolos, lenguas, vestimentas, ritmos y sabores locales. Esta riqueza diversa no ha sido obstáculo, sino una bendición que ha permitido vivir la unidad en medio de las diferencias.
La misión se ha manifestado como un encuentro transformador entre el Evangelio y las culturas. También ha sido un tiempo para hacer memoria agradecida. Se han recordado a los primeros misioneros, hombres y mujeres que, movidos por la pasión del Evangelio, entregaron sus vidas en contextos muchas veces difíciles. Se ha reconocido el testimonio de los laicos, religiosos y religiosas que, ayer y hoy, continúan anunciando la Palabra con fidelidad y esperanza. En esta edición de LAZOS, encontrarás testimonios, crónicas y fotografías que muestran cómo algunas provincias y regiones han celebrado este jubileo. Cada relato refleja una chispa del fuego misionero que sigue ardiendo. Y esto es solo el comienzo.

A medida que nos acercamos al 8 de septiembre de 2025 —fecha central de la conmemoración—, muchas más celebraciones tendrán lugar en diversos lugares. De ellas también daremos testimonio en ediciones futuras. Porque este jubileo no es una meta, sino una invitación a seguir caminando. El Verbo sigue haciéndose carne, y la misión continúa, con corazón generoso y mirada esperanzada.
Especial agradecimiento a P. Luis Antonio Vergara, SVD, por su esfuerzo en la preparación de esta revista.
P. Nevil D Silva, SVD
Coordinador Zonal